Stefan Budzinski es alemán. De formación química, se especializó en biogás y tiene más de 30 años de experiencia en la industria alemana, europea y argentina. Ha realizado la planificación técnica y el análisis biológico del mantenimiento de plantas de biogás, incluyendo la capacitación de personal de operación y técnico para poder optimizar esos establecimientos.
En nuestro país se desempeñó durante seis años como Experto Integrado de la Sociedad de Cooperación Internacional de Alemania dentro del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), creando y formando el grupo de biogás a nivel nacional. Gracias a la cooperación con la UNCUYO, en 2011 fue uno de los creadores de la Planta Experimental de Biogás de la Facultad de Ciencias Agrarias, junto con el docente Peter Thomas.
Budzinski visitó la Universidad Nacional de Cuyo a mediados de octubre y permaneció en Mendoza durante cuatro semanas en representación del Servicio de Expertos Sénior de Alemania. A pincipios de noviembre dio un curso sobre biogás en la FCA.
En diálogo con el Área de Comunicación de la Facultad, recalcó la importancia de avances en materia de biogás para el futuro de nuestro país y contó sobre su labor en Argentina, a la cual considera de gran potencial para el ámbito energético.
"El objetivo era instalar una planta de biogás o estudios de factibilidad en cada región para tener a mano un modelo para cada zona", aseguró el experto, quien junto a Thomas y sus colaboradores Nicolás Martín, Maxi Di Césare y Martín Reynoso idearon para la Facultad una planta de biogás educativa con equipos industriales para que los estudiantes pudieran aprender del trabajo en una planta industrial, y que también tenía fines de investigación.
Precisamente, sobre la planta de la FCA, Budzinski contó que por estos días trabajan "con otro organismo de Alemania intentando ampliar la planta. En 2011 fue planificada como fuente de alimentación y ahora existen más opciones, como una cinta transportadora, un sinfín, una trituradora y se puede alimentar la planta de manera continua, cada día, los fines de semana. Estos componentes tecnológicos fueron agregados gracias a la colaboración de las colegas Silvia Poetta y Andrea Hidalgo, responsables actuales de la planta".
Consultado sobre qué materiales pueden ser tratados por la planta, el especialista respondió: “La mayoría de los materiales orgánicos que come una vaca sin pelo es un material ideal para una planta. Los procesos que ocurren dentro de la planta son la simulación del sistema digestivo del animal, y se pueden tratar productos que tengan un buen sustrato. Además, se puede aprovechar la materia fecal de la vaca, como energía adicional, antes de que tome contacto con el aire”.
Además contó que "el beneficio de una planta de biogás radica en que el tratamiento de los productos que surgen de la producción en el campo, por ejemplo, una manzana o residuos de la cocina, entre otros, se pueden reutilizar. La mayoría de los alimentos que se desechan de nuestra alimentación o de los animales se pueden aprovechar y reutilizar su energía en una planta de biogás".
En esa línea agregó que "también sería compatible con el tratamiento del biodiesel, los residuos industriales, los aceites en mal estado, la grasa de flotadores, por ejemplo. O se podría recolectar la grasa de las papas fritas, que son un problema en las grandes ciudades que tapan las aguas de desagote y puede ser tratado en una planta de biogás".
Budzinski hizo referencia además a la situación en su país de origen. "El biogás en Alemania tiene un rol muy importante en la estabilización de las redes eléctricas y en el aprovechamiento de otras energías renovables que no pueden parar cuando hay faltantes, entonces se baja la potencia de la planta de biogás y se arranca el motor en el momento que hay consumo suficiente”, dijo.
Y agregó: "El gobierno alemán tiene un sistema de bonificación, que depende de los usuarios que usan y pagan el adicional a la energía eléctrica producida. Alemania apuesta por la sostenibilidad y la sustentabilidad. Tenemos más del 100% de energía renovable en la red disponible, a veces deben comprar la energía, pero no hay uso. En ocasiones, regalan la energía que les sobra a los países vecinos para que se utilice y cobran a un centavo la energía adicional, es la única forma de estabilizar la red”.
Al ser consultado sobre el futuro del biogás en Argentina, el especialista contestó: “Argentina es un país que genera alimentos para 300 millones de personas, además de que posee la mayor irradiación de sol en el norte y vientos muy fuertes en el sur. Las condiciones están naturalmente dadas y tiene un potencial enorme para la producción de energías renovables. Además necesita plantas de biogás para la estabilización de las redes y para almacenar la energía sobrante. Sólo depende de la voluntad de la gente, la preparación del país, de las empresas que están aprendiendo la instalación de estos sistemas, que necesitan tiempo y un marco legal que les permita el crecimiento".