El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en el marco del 60º aniversario de su creación, distinguió a 40 científicos de clase Superior o Principal que se acogieron al régimen jubilatorio. Entre los reconocidos como Investigadores Eméritos se encuentra el Dr. Rubén Bottini, ex docente de la Facultad de Ciencias Agrarias y uno de los fundadores del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM) que funciona en la FCA.
Entre los fundamentos de la distinción al grupo de investigadores se mencionan los destacados antecedentes académicos, pero también su contribución al desarrollo de la ciencia en la Argentina a través de la formación de nuevas generaciones de científicos, la conducción de grupos o centros de investigación y la calidad, amplitud y regularidad de su producción científica o tecnológica.
Al ser consultado por el reconocimiento que comparte con otros 39 científicos de todo el país, Bottini mencionó humildemente que “este premio no es consecuencia de un esfuerzo individual, sino de un esfuerzo colectivo”.
Bottini fue titular de la cátedra de Química Orgánica y Biológica de la FCA desde 2002 hasta el 30 de noviembre de 2017, cuando le salió el trámite jubilatorio. Además se desempeñó como investigador del CONICET desde 1983.
Desde su jubilación reparte su tiempo entre la representación de CONICET ante el Consejo Asesor de Ciencia y Técnica de la Legislatura de Mendoza, creado en 2016, y la elaboración de un proyecto para crear una unidad ejecutora de doble dependencia entre CONICET y la Universidad Juan Agustín Maza. Y aunque ya no dirige tesis, conserva tres becarios.
Una trayectoria dedicada a formar equipos
En 2007, Bottini y otros investigadores del Centro Científico Tecnológico (CCT) Mendoza que trabajaban en la FCA comenzaron a reunirse y a realizar seminarios. Primero formaron el Club de Amigos de la Biología Vegetal y luego el Centro de Biología Vegetal Mendoza (CEBIVEM). Así se fue conformando un grupo multidisciplinario cuyo objetivo era conformar un instituto de doble dependencia entre la UNCuyo y el CONICET. Ese año iniciaron las gestiones oficiales para formar el IBAM que finalmente se fundó en 2009.
“Para una buena docencia universitaria es fundamental la investigación, pero la investigación sin docencia es limitada”, explica Bottini sobre la importancia del funcionamiento de organismos de doble dependencia como el IBAM. “Por eso la política actual de CONICET es crear unidades ejecutoras de este tipo, porque juntos no sólo somos más, sino que somos mejores”, explica.
Perfil
Rubén Bottini nació en Coronel Moldes (Córdoba) en 1948. Hizo la primaria en una escuelita rural a la cual asistía a caballo. La escuela secundaria la realizó como pupilo por la distancia. Se recibió de Ingeniero Agrónomo en la Universidad Nacional de Río IV en 1971.
Trabajó en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Marcos Juárez (Córdoba) y a la par que era docente titular de Fisiología Vegetal en la Universidad Nacional de Río IV.
Es investigador del CONICET desde 1983.
En 2017 fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.
Desde 2002 hasta fines de 2017 cuando se jubiló fue docente titular de la cátedra de Química Orgánica y Biológica de la FCA.