El 10 de agosto se celebra en Mendoza el Día del Bromatólogo porque ese día del año 1974 se creó la carrera en la Facultad de Ciencias Agrarias.
La carrera de Bromatología cumplió ese día 43 años, mientras que la Licenciatura en Bromatología comenzó a funcionar en 1992, teniendo ya 25 años de dictado.
Según la directora de carrera, Adriana Giménez, los desafíos actuales que tienen los graduados de la formación apuntan a que el compromiso con asegurar la inocuidad de los alimentos atañe no sólo a entes fiscalizadores sino a productores de materias primas, elaboradores, distribuidores y consumidores en general. “El bromatólogo tiene la responsabilidad de contribuir al aseguramiento de que el consumidor adquiera alimentos inocuos. Para ello no sólo desempeña un papel como ente fiscalizador sino que asesora, educa e investiga sobre nuevas y mejores tecnologías de elaboración y/o conservación de alimentos”, según explicó.
En cuanto a la salida laboral, Giménez indicó que “encuentran amplio campo laboral en empresas productoras, teniendo a cargo no sólo el control de calidad sino también áreas de gestión de calidad y desarrollo de nuevos productos. También pueden desempeñarse en organismos estatales como entes fiscalizadores capacitados en trabajar conjuntamente con el sector productivo para asegurar inocuidad y genuinidad de alimentos. Además varios de nuestros egresados cumplen funciones docentes, en niveles medio y superior”.
Y agregó que “en el ámbito de investigación muchos profesionales se desempeñan en organismos, como Facultades, el INTA, el INTI o el Conicet, en donde investigan y hacen extensión respecto al desarrollo de nuevos productos y/o tecnologías de elaboración y conservación. Otros enfocan el trabajo en el estudio de variaciones del valor nutricional de los alimentos según los métodos de conservación empleados, utilización de aditivos, etc. Desde su trabajo en laboratorios están capacitados para el control tanto fisicoquímico como microbiológico y sensorial”.
El ingreso de estudiantes para las carreras de Bromatología y la Licenciatura en Bromatología es aproximadamente de unos 50 alumnos por año.
Este año, la Licenciatura en Bromatología implementó un cambio que apunta a dar beneficios a las personas que quieren estudiar pero trabajan. En ese sentido se modificó el horario de cursado de cuarto y quinto año y sólo cursan viernes a la tarde y sábados en la mañana. Según explicó Giménez, “esto se logró gracias al esfuerzo de profesores y capacitación para docencia en virtualidad, y ha tenido una respuesta exitosa ya que más de 40 bromatólogos que no habían podido continuar sus estudios para alcanzar el título de licenciados por la necesidad de trabajar ahora lo han hecho posible. Esta modalidad no es de modo ciclo, o a término, ni es arancelada, por lo que otros bromatólogos podrán acceder al mismo beneficio en los próximos años”.
El Consejo Profesional de Bromatólogos
Hace unos meses, los bromatólogos juntan firmas con el objetivo de lograr un órgano colegiado de la profesión. En ese sentido, Giménez aseguró que “el Consejo logrará representar y defender a los colegiados, asegurando el decoro, la ética, la independencia y la individualidad de la profesión, así como colaborar con los poderes públicos, con el objeto de cumplir con las finalidades sociales de la actividad profesional”.
La docente explicó que “para el mejor cumplimiento de estos fines, el Consejo tendrá el gobierno de la inscripción, ejercerá facultades disciplinarias sobre sus colegiados, dictará el Código de Ética Profesional y propondrá al Poder Ejecutivo el régimen arancelario para la prestación de los servicios profesionales”.
Un egresado en el Gobierno
Uno de los egresados de la carrera de Bromatología de la Facultad de Ciencias Agrarias es Daniel Rabino, titular del Departamento de Higiene de los Alimentos de la Subsecretaría de Salud del Gobierno de Mendoza.
En diálogo con el Área de Comunicación de la FCA, Rabino explicó que “la bromatología es muy importante porque se hace prevención en la salud y conseguir un alimento sano es prevenir la salud”. Y agregó: “A los interesados en estudiar bromatología los animaría, porque el campo de acción es gigantesco y se pueden insertar desde distintos lugares, siempre actualizándose”.
En su gestión, Rabino logró conformar el Consejo Bromatológico Provincial, integrado por el área que conduce y todas las áreas de Bromatología de los municipios y tiene como finalidad trabajar en conjunto, consensuar ideas y fijar líneas de trabajo comunes. El Consejo tiene una reunión mensual y va rotando por todos los departamentos.
Además trabajan en una Unidad de Enlace con la Legislatura provincial que funciona como campo para aunar propuestas e ideas en la temática.