Esta actividad forma parte de una iniciativa de la Municipalidad de Luján de Cuyo, la cual realizó una serie de festejos en octubre, por el Mes de la Mujer Rural.
Acompañaron además distintas instituciones como la Estación Experimental Agropecuaria Luján de Cuyo del INTA Mendoza; la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCUYO; el Instituto de Energía dependiente de la Secretaría de Extensión y Vinculación de la UNCUYO; el Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía del CONICET Mendoza; el Grupo de Investigación CLIOPE, de la Facultad Regional Mendoza de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN); el Instituto de Alta Gastronomía Arrayanes; y la Organización Comunitaria de Permacultura 'Gran Jardín'.
El agasajo se realizó el viernes 21 de octubre, en la EEA Luján de Cuyo del INTA y fue destinado a mujeres rurales que participan de programas de extensión del INTA Mendoza. Se realizó una degustación de comidas cocinadas en horno solar, además de una exposición de experiencias productivas, recorrido por las instalaciones y entrega de reconocimientos.
La participación de la FCA, estuvo organizada por las docentes de la FCA, Viviana Noelia Quiroga, de la Cátedra de Tecnología Ambiental, junto a Andrea Roxana Hidalgo y Silvia del Carmen Poettá, de la Cátedra de Química General. Además, el docente Carlos Marfil, de la Cátedra de Genética General y Aplicada de la FCA, fue invitado a brindar una charla a los presentes.
Por su parte, Guillermo Ander Egg, coordinador de Extensión de la Secretaría de Vinculación de la Facultad, participó del evento y expresaba su apoyo a la iniciativa: 'La importancia del encuentro radica no solo es visibilizar el rol de la mujer rural como productora y sostén de la familia, sino además se trata de ubicarla desde su lugar central como elaboradora de alimentos. Con esta jornada se tejen encuentros entre mujeres rurales y nuevas formar de elaboración de alimentos, donde se incorporan tecnologías de cocinas solares, que utilizan energía solar. Esto fortalece la economía familiar en aquellas zonas de difícil acceso a otras energías convencionales y mitiga el impacto en el ambiente en cuanto disminuye el uso de leña'.
La voz de las protagonistas
Violeta Norma Ibarra, trabajadora rural, fue viñatera por muchos años en el distrito el Remanso. Hoy vive y trabaja en Ugarteche. Su familia es de viñateros: tanto su padre, de 81 años, como su hijo de18, comparten la pasión por la viña.
Violeta remarcaba la importancia del doble rol de una trabajadora rural. 'La mujer rural, a parte de trabajar la viña a la par del hombre, se ocupa de los niños y de la casa. Se levanta a las 5 de la mañana, y se acuesta a las 12 de la noche. Acompaña al hombre a trabajar la viña o la chacra, que son trabajos pesados, y al llegar a su casa, en lugar de descansar, tiene que hacer todas los quehaceres del hogar: cocinar, bañar a los niños, lavar, planchar, limpiar. Es decir, la mujer rural tiene dos trabajos, y ninguno de los dos se le reconoce, porque tiene baja autoestima, porque la cultura le ha enseñado a sentirse obligada a hacerlos'.
Respecto a las tecnologías para el uso de energías renovables que se expusieron en el evento, Violeta opinaba que 'son de gran ayuda para la mujer rural, porque, por ejemplo, la caja térmica para cocinar es como el lavarropa automático, ya que podes dejar la comida haciéndose, ir a hacer tus quehaceres, sabiendo que no se va a pasar, que no se va a pegar, que no se va a quemar, porque si le das el tiempo que permite cocinarse, funciona de forma automática'. Finalmente destacaba que 'para poder incorporar y utilizar estas tecnologías en la vida cotidiana necesitan el apoyo de las instituciones educativas, como la universidad, en cuanto a información y capacitaciones'.