Como sabemos el agua es un bien escaso y a medida que crece la población, aumenta el uso urbano de la misma, en detrimento del uso agrícola. Este proceso va acompañado con un incremento en el costo del agua y por lo tanto un uso eficiente de la misma, es cada vez más imperioso.
En este sentido, los sistemas de riego por goteo se desarrollaron en Israel en la década de los 50, país que se encuentra inserto en una región árida – semiárida, con escasez en la cantidad y calidad del recurso agua. Por esta razón, invirtieron grandes esfuerzos en la investigación y en el desarrollo de tecnologías que le asegurarán el buen uso y manejo eficiente de sus escasos recursos hídricos. Este cambio en las prácticas agrícolas tradicionales, impulsó el desarrollo de una agricultura moderna y de alta productividad en ese país. A partir de ese desarrollo, la implementación del riego por goteo ha generado una revolución en la producción agrícola mundial.
Sobre el 'Fertirriego'
Junto al riego por goteo nace el concepto de fertirriego, labor que permite suplir el agua y los nutrientes de acuerdo a la demanda del cultivo a lo largo de su ciclo de crecimiento. El amplio uso de los sistemas de fertirriego, ha contribuido a las tierras antes consideradas de baja productividad, al aumento del rendimiento de los cultivos, al ahorro de agua y fertilizantes, al aprovechamiento de aguas marginales y a la protección del medio ambiente.
La aplicación de fertilizantes a través del fertirriego implica un ahorro en mano de obra y maquinaria, pero a la vez requiere un conocimiento más acabado de los requerimientos de los distintos cultivos, ya que la distribución es mucho más uniforme, sobretodo porque se aplican en la zona radical, logrando un uso más eficiente de los nutrimentos aplicados. Sus ventajas son varias, entre ellas, reduce los costos de aplicación de fertilizante por hectárea, porque utiliza el mismo equipo de riego.
Los sistemas de inyección se pueden agrupar en dos grande grupos: "la inyección cuantitativa" y "la inyección proporcional". La inyección cuantitativa consiste en colocar el fertilizante líquido o sólido en un tanque cerrado a presión, conectado en forma paralela a la cañería principal. El fertilizante se va disolviendo y es arrastrado e incorporando en el sistema de manera tal que la concentración del mismo va decreciendo. En cambio, en la inyección proporcional (la concentración del fertilizante es constante), el agua de riego lleva una concentración fija del fertilizante aplicado la cual se mantiene durante el proceso de inyección, como sería el caso del uso de un venturi o una bomba hidráulica o una centrífuga. El inconveniente más acusado de estas técnicas de inyección, reside en la determinación de parámetros de aplicación y en la baja formación del operario en estas tecnologías.
En función de esto, la FCA realizó la reconversión de los sistemas de riego tradicionales, para optimizar y mejorar el riego de sus parcelas, a través de la implementación del riego por goteo, que actualmente permite utilizar el agua de la represa para el riego de los frutales, los viñedos, los cultivos hortícolas y las pasturas, cuidando y maximizando la aplicación del recurso agua. Para la aplicación de fertilizantes, se instalaron sistemas de inyección de fertilizantes de dos tipos, uno por inyección mediante bomba y otro con un "venturi". En este sentido, docentes de la Cátedra de Química Agrícola, junto al Coordinador de Fincas, Parcelas Experimentales y Espacios Verdes, Alfredo Draque, y estudiantes de 3° año de agronomía, evaluaron la uniformidad del fertirriego en distintos cuarteles de la Finca San Antonio.
Para esto, previo a la aplicación, se determinó la curva de concentración del fertilizante y la conductividad eléctrica (CE) generada por el mismo. Luego los estudiantes ubicados en los cuatro extremos de los cuadros evaluados, recogieron en recipientes adecuados el volumen de un gotero cada 15 minutos durante una hora. El fertilizante fue inyectado en los primeros 30 minutos. Posteriormente se midió la CE en los mismos pudiéndose calcular la cantidad de fertilizante recibido en cada posición y de esa manera pudo calcular la uniformidad de la aplicación.
Estos datos resultaron muy importantes para poder ajustar los tiempos y concentraciones de las soluciones nutritivas para mejorar la eficiencia de la misma. También determinaron el Coeficiente de Uniformidad de riego en toda la parcela mediante la técnica de Merriam y Keller, siendo este coeficiente un indicador importante de la eficiencia de distribución del agua. Esta práctica es fundamental que se realice en cualquier equipo, como control, para conocer si él mismo está funcionando adecuadamente y sino, poder establecer las pautas necesarias para mejorarlo.