Tres docentes y un egresado de la Facultad de Ciencias Agrarias participaron en el equipo de investigación argentino que dio forma a un libro sobre temperaturas extremas y cambio climático en América. La publicación en inglés aborda las consecuencias e impactos presentes y futuros en las regiones rurales de cinco países: Argentina (Mendoza), Brasil (Ararangua), Canadá (Saskatchewan y Alberta), Chile (Choapa) y Colombia (Chinchiná).
El grupo de trabajo estuvo integrado por profesores e investigadores de diferentes disciplinas, como Ricardo Villalba, Mariano Masiokas y Julia Barrientos. También participaron los docentes de la FCA Paula Mussetta, Leonor Deis y Bruno Cavagnaro, junto con César Ferrer, egresado de la Facultad.
El libro "Vulnerability studies in the Americas" (Estudios de vulnerabilidad en las Américas), de la reconocida editorial Cambridge Scholars Publishing, presenta y discute los resultados del proyecto "Vulnerabilidad y Adaptación a los Extremos Climáticos en las Américas " (VACEA), una investigación colaborativa, comparativa e interdisciplinaria financiada por el Centro de Investigación Internacional para el Desarrollo, el Instituto Canadiense para Investigación en Salud y el Consejo Canadiense de Investigación en Ingeniería y Ciencias Naturales. El trabajo se realizó entre 2011 y 2016.
El principal objetivo del VACEA era mejorar la comprensión de la vulnerabilidad de las comunidades agrícolas e indígenas rurales a los cambios en la variabilidad del clima y a la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos extremos, y lograr que las instituciones gubernamentales aumenten su capacidad de adaptación para reducir esa vulnerabilidad.
El proyecto se centró en las poblaciones rurales que son sumamente vulnerables, ya sea porque sus vidas tienen lugar en los márgenes sociales y económicos de la sociedad, o porque la naturaleza de sus medios de vida las hace sumamente expuestas y sensibles a la variabilidad y a los extremos del clima.
El libro adopta un enfoque interdisciplinario con el objetivo de integrar los conocimientos de las diferentes disciplinas científicas que participaron en el proyecto, a fin de producir un conocimiento exhaustivo de un fenómeno complejo.
El conocimiento integrado de esas vulnerabilidades sociales actuales, en el contexto de los cambios previstos en la variabilidad del clima y la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos, ha producido importantes conocimientos sobre los futuros riesgos y oportunidades rurales y ha servido de base para la adopción de prácticas locales más apropiadas y para los ajustes de políticas públicas.
El libro ofrece un análisis profundo y una amplia cobertura que resulta muy útil y también porque pone de relieve las funciones complementarias de las disciplinas científicas para explicar un nuevo y complejo fenómeno. Además, en uno de los capítulos se comparan las principales conclusiones de los estudios de casos y se extraen inferencias críticas para su consideración cuando se piense en el cambio climático y la vulnerabilidad.
A pesar de las diferencias en los productos básicos agrícolas de cada país, todas las zonas de estudio -rurales y agrícolas- se caracterizan por comunidades y actividades económicas sensibles a las desviaciones del clima respecto de las condiciones normales y a los fenómenos extremos. La sequía y las inundaciones constituyen una grave amenaza en estas cuencas hidrográficas, que ponen en peligro el suministro de agua para el consumo humano, así como la producción agrícola y el riego.
Las suficientes similitudes y contrastes entre las cuencas fluviales elegidas permitieron realizar un estudio comparativo multinacional de las dimensiones humanas y ambientales de los efectos del cambio climático y de las respuestas de adaptación a la variabilidad del clima a corto plazo y a los fenómenos extremos.
Paula Mussetta, una de las autoras, es Doctora en Ciencias Sociales, investigadora de CONICET Mendoza y docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCUYO, y resaltó que haber participado en esta investigación "fue una experiencia sumamente positiva".
La especialista agregó: "De todo el proceso rescatamos en particular tres puntos: el desafío que implicó y los aprendizajes que nos dejó haber llevado a cabo una investigación interdisciplinaria, formar parte de una red de trabajo internacional, que es un recurso que nos queda y nos abre puertas para continuar la investigación colaborativa, y por útlimo, pero no menos importante, la oportunidad de realizar un pequeño aporte a un tema tan sensible y tan actual para nuestra región y nuestro medio".