En el año 2019, en reconocimiento del valor nutricional y medioambiental de las legumbres en la producción sostenible de alimentos, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) proclamó el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres con el apoyo de muchos Estados Miembros.

La organización destaca que la celebración de este día es una oportunidad para la sensibilización acerca de los beneficios que las mismas aportan, tanto en su contribución a los sistemas alimentarios sostenibles, como en la búsqueda de un mundo sin hambre: las legumbres son fundamentales para afrontar los desafíos de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud humana y la nutrición, la salud del suelo y el medio ambiente.

En cuanto a su valor nutricional, estas semillas comestibles de plantas leguminosas contienen muchos nutrientes y tienen un alto contenido en proteínas. Además, son bajas en grasas y ricas en fibras, lo que hace que puedan reducir el colesterol y ayudar a controlar el azúcar en sangre. Debido a sus numerosas propiedades, las organizaciones sanitarias recomiendan su consumo para hacer frente a enfermedades no transmisibles –como la diabetes y enfermedades cardíacas- y ayudan a combatir la obesidad.

Pero los beneficios no se agotan allí: las legumbres tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en los suelos, lo que mejora la fertilidad de los mismos y aumenta la productividad de las tierras de cultivo. Asimismo, usando legumbres para los cultivos intercalados y de cobertura, los agricultores pueden promover la biodiversidad agrícola y del suelo, manteniendo a raya las plagas y enfermedades nocivas.

Y, como si fuera poco, las legumbres además pueden contribuir a la mitigación del cambio climático reduciendo la dependencia de los fertilizantes sintéticos utilizados para aportar nitrógeno al suelo, cuyo uso excesivo puede ser perjudicial para el medio ambiente.