El 2024 llega a su fin, y desde la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCUYO nos encontramos en un momento ideal para reflexionar sobre lo vivido, los aprendizajes que nos dejó este año, y los desafíos que nos esperan en el futuro.
En un contexto de constante evolución, donde el compromiso con la educación, la investigación y la extensión universitaria guían nuestra labor diaria, este año ha sido un reflejo de los valores que sostienen nuestra misión: el trabajo en equipo, la sostenibilidad, la inclusión y el impacto social.
Entre las actividades más significativas del año, compartimos espacios que consolidaron nuestro vínculo con la comunidad universitaria y externa, como el recientemente convocante Sunset de fin de año y la tradicional "Peña del Egresado", que en junio reunió a nuestra comunidad en un ambiente de celebración y camaradería. En el ámbito institucional, destacamos grandes avances como la conservación y restauración del patrimonio histórico de la Facultad de Ciencias Agrarias y la aprobación de los nuevos planes de estudio para las carreras de Ingeniería Agronómica e Ingeniería en Recursos Naturales por parte del Consejo Superior de la UNCUYO.
El 2024 también nos posicionó en el escenario internacional. Del 18 al 22 de noviembre, nuestra Facultad fue el epicentro de la vitivinicultura mundial al recibir, por primera vez en Sudamérica, al 15th International Terroir Congress. Este evento histórico marcó un hito para nuestra institución y la región, reafirmando nuestro liderazgo en investigación y promoción del conocimiento.
Además, eventos como la Expoagua, que reunió a actores académicos, gubernamentales y privados en torno a la gestión hídrica, y logros como los premios internacionales obtenidos por los aceites de oliva de nuestra facultad, y el reconocimiento del Panel de Cata por el Consejo Oleícola Internacional , reflejan el esfuerzo y la dedicación de toda nuestra comunidad. Asimismo, la creación del primer Instituto de Investigación y Desarrollo Gastronómico del país consolida nuestra visión de innovación y excelencia.
Sin embargo, no todo ha sido fácil. Este año también enfrentamos desafíos que pusieron a prueba nuestra capacidad de resiliencia y unidad. Los ataques malintencionados a través de la desinformación no solo afectan la imagen de una institución, sino que también intentan debilitar los pilares fundamentales de nuestra sociedad: la educación pública, laica y de calidad, motor de movilidad social y de desarrollo en nuestro país.
La universidad pública no es solo un espacio de formación académica; es un símbolo de esperanza, de oportunidades igualitarias y de compromiso con el futuro de nuestra nación. Cada investigación realizada, cada estudiante graduado y cada proyecto concretado son testimonio del esfuerzo colectivo de docentes, estudiantes y personal de apoyo que sostienen, muchas veces contra viento y marea, el sueño de un país mejor. La Decana, Dra. María Flavia Filippini, lo expresó en una Carta Abierta en la que reafirmó el compromiso institucional con la ética y la educación de calidad, y subrayó la importancia de la verdad frente a la desinformación.
La historia ha demostrado que la educación es un legado irrenunciable, y seguiremos defendiendo su lugar central en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. De cara al 2025, renovamos nuestro compromiso de seguir trabajando con excelencia, fortaleciendo la formación de nuestros estudiantes, contribuyendo al desarrollo del sector agroalimentario y construyendo puentes entre la academia y la sociedad.
Agradecemos a cada miembro de nuestra comunidad, desde estudiantes, docentes y personal de apoyo académico, hasta quienes desde otras instituciones se han sumado a los proyectos que dan vida a nuestra Facultad. Su esfuerzo y dedicación son la base de todo lo que logramos juntos.
Con optimismo, cerramos este capítulo y nos preparamos para escribir uno nuevo, convencidos de que lo mejor está por venir.